Lectura Bíblica: Hebreos 11:1-3

Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”

Reflexión: Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy quiero compartir con ustedes acerca de la fe, un pilar fundamental de nuestra vida cristiana. La fe nos conecta con lo invisible y nos permite confiar en el plan y el propósito de Dios para nuestras vidas.

El autor de Hebreos nos ofrece una definición maravillosa de la fe. Nos dice que la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. En otras palabras, la fe es confiar plenamente en Dios, incluso cuando no podemos ver el cumplimiento de sus promesas de manera inmediata.

La fe nos permite creer en la obra redentora de Jesucristo, quien murió en la cruz por nuestros pecados y resucitó al tercer día. A través de la fe, recibimos el regalo de la salvación y somos reconciliados con Dios. Pero la fe no se detiene allí, sino que continúa fortaleciéndonos en nuestra vida cotidiana.

La fe nos da esperanza en medio de las dificultades. Cuando enfrentamos pruebas, tribulaciones y desafíos, nuestra fe nos recuerda que Dios está con nosotros y tiene un propósito en cada situación. La fe nos permite confiar en que Dios tiene el control y que todas las cosas obrarán para nuestro bien.

La fe nos motiva a obedecer la Palabra de Dios. Cuando confiamos en que las Escrituras son la revelación divina, estamos dispuestos a seguir sus mandamientos y vivir de acuerdo a sus enseñanzas. Nuestra fe nos impulsa a amar a Dios sobre todas las cosas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

La fe nos mueve a actuar. En Hebreos 11, se nos habla de hombres y mujeres de fe que hicieron cosas extraordinarias a través de su confianza en Dios. Abraham salió de su tierra, Noé construyó un arca, Moisés guió al pueblo de Israel fuera de Egipto. Estos héroes de la fe actuaron según la dirección divina, confiando en que Dios cumpliría sus promesas.

Queridos hermanos y hermanas, la fe es un don que Dios nos ha dado. No es algo que podamos generar por nosotros mismos, sino que viene del Espíritu Santo que mora en nosotros. Por lo tanto, debemos cultivar nuestra fe a través de la oración, el estudio de la Palabra de Dios y la comunión con otros creyentes.

Recuerden que la fe nos permite experimentar el poder y la fidelidad de Dios en nuestras vidas. No importa cuán grande sea la tormenta que enfrentemos, si nuestra fe está puesta en Jesucristo, Él nos sostendrá y nos dará la fortaleza para superar cualquier obstáculo.

Compartimos esta oración contigo: Amado Padre celestial, te agradecemos por el regalo de la fe. Ayúdanos a confiar en ti en todo momento y en todas las circunstancias. Fortalece nuestra fe y permítenos crecer en intimidad contigo. Que nuestra fe sea inquebrantable y nos lleve a vivir una vida que te honre y glorifique. En el nombre de Jesús, amén.

Que este devocional sobre la fe les anime y fortalezca en su caminar con Cristo. Que la fe en Dios sea la base sólida que sustente cada aspecto de sus vidas. ¡Dios les bendiga abundantemente!

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