La Biblia es una rica fuente de historias y enseñanzas que también refleja las condiciones de salud de la antigüedad. A continuación, exploramos algunas de las enfermedades más devastadoras mencionadas en las Escrituras, junto con los versículos correspondientes.

La Biblia es una rica fuente de historias y enseñanzas que también refleja las condiciones de salud de la antigüedad. A continuación, exploramos algunas de las enfermedades más devastadoras mencionadas en las Escrituras, junto con los versículos correspondientes.

1. Lepra

La lepra es una enfermedad infecciosa crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae. En tiempos bíblicos, esta enfermedad afectaba la piel y los nervios, provocando úlceras y deformidades. Debido a su contagio y a la falta de tratamiento eficaz en la antigüedad, los leprosos eran marginados de la sociedad, considerándose su enfermedad un símbolo de impureza. En el contexto bíblico, la lepra también representaba el pecado y la necesidad de purificación.

La lepra era una de las enfermedades más temidas y estigmatizadas en la antigüedad, y se menciona repetidamente en la Biblia.

Referencia Bíblica: Levítico 13-14 “El sacerdote examinará la llaga en la piel; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco y la llaga parece más hundida que la piel de su alrededor, es lepra. El sacerdote lo examinará y lo declarará impuro.” (Levítico 13:3)

2. Peste

La peste aparece en la Biblia como un castigo divino y una plaga que causa una alta mortalidad.

En la Biblia, la peste se refiere a enfermedades devastadoras y contagiosas que azotaban a poblaciones enteras, generalmente como una manifestación del juicio o castigo divino. Estas plagas causaban gran sufrimiento y muerte, y se mencionan tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Un ejemplo destacado es la serie de plagas en Egipto (Éxodo 7-12), que incluyeron pestilencias que afectaron al ganado y a los seres humanos, como parte de las advertencias de Dios a Faraón.

Referencia Bíblica: Éxodo 9:3 “…he aquí, la mano de Jehová caerá con una plaga gravísima sobre tu ganado que está en el campo, sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacas y sobre las ovejas.”

3. Ceguera

La ceguera es mencionada tanto literal como metafóricamente en la Biblia, con varios casos de curaciones milagrosas.

En la Biblia, la ceguera se presenta tanto como una enfermedad física que impedía ver, como una condición espiritual que simbolizaba la incapacidad de percibir o entender la verdad de Dios. La ceguera física era común y provocaba marginación social, ya que las personas ciegas dependían de la caridad y no podían participar plenamente en la vida comunitaria. La Ley también enfatizaba la compasión hacia ellas.

Jesús realizó varios milagros donde devolvió la vista a los ciegos, como en el caso de Bartimeo (Marcos 10:46-52), usando la sanación para ilustrar la restauración espiritual y la iluminación que su mensaje traía a quienes estaban en «ceguera espiritual» o alejados de la verdad de Dios.

Referencia Bíblica: Juan 9:1-7 “…escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y untó el lodo en los ojos del ciego, y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé. Fue entonces y se lavó, y regresó viendo.” (Juan 9:6-7)

4. Hidropesía

La hidropesía, mencionada en la Biblia, es una condición conocida hoy como edema, que implica la acumulación excesiva de líquidos en el cuerpo, especialmente en tejidos y cavidades. Esta acumulación provoca hinchazón en las extremidades o el abdomen y se asocia con enfermedades renales, hepáticas o cardíacas.

En el Evangelio de Lucas, Jesús sana a un hombre con hidropesía en un día de reposo (Lucas 14:1-6), mostrando compasión y desafiando las normas religiosas de la época. En el contexto bíblico, esta sanación también simboliza la liberación del sufrimiento y la restauración integral del ser humano.

Referencia Bíblica: Lucas 14:2-4 “Y he aquí un hombre hidrópico estaba delante de Él. Entonces Jesús, tomando la palabra, habló a los intérpretes de la ley y a los fariseos, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?”

5. Disentería

La disentería es una infección intestinal caracterizada por inflamación y úlceras en el intestino, que provoca diarrea intensa y, a menudo, con sangre y mucosidad. Esta enfermedad es causada generalmente por bacterias (como Shigella) o amebas, y se transmite a través del agua y alimentos contaminados. En la antigüedad, la disentería era común en condiciones de poca higiene y podía causar deshidratación severa e incluso ser mortal, especialmente en situaciones de guerra o hambrunas.

Aunque la Biblia no menciona la disentería explícitamente, hace referencia a enfermedades que producen «dolores en el vientre» o problemas intestinales, que algunos estudiosos asocian con afecciones similares.

Se cree que la disentería afectó a Herodes Agripa, lo cual se menciona en el libro de los Hechos.

Referencia Bíblica: Hechos 12:21-23 “En el mismo instante, un ángel del Señor lo hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y, consumido de gusanos, expiró.” (Hechos 12:23)

6. Tumores

Los tumores son masas o crecimientos anormales de tejido que pueden desarrollarse en cualquier parte del cuerpo. Estos pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Los tumores benignos generalmente no se diseminan a otras partes del cuerpo y suelen ser menos peligrosos, mientras que los malignos pueden invadir tejidos cercanos y esparcirse a otras áreas a través del sistema linfático o sanguíneo.

En la Biblia, en algunos textos antiguos, se hace referencia a «tumores» o «plagas» como castigos divinos, como en el caso de los filisteos cuando capturaron el Arca de la Alianza (1 Samuel 5). Sin embargo, en este contexto, la palabra puede referirse a afecciones dolorosas y desconocidas que causaban gran sufrimiento.

Referencia Bíblica: 1 Samuel 5:6-9 “Y la mano de Jehová se agravó sobre los de Asdod y los destruyó, y los hirió con tumores, tanto en Asdod como en todo su territorio.” (1 Samuel 5:6)

7. Sarna

La sarna es una enfermedad de la piel causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, que se introduce en la capa superior de la piel y provoca intensa picazón, irritación y sarpullidos. Este ácaro se contagia por contacto directo con la piel infectada o, en algunos casos, a través de prendas de ropa o superficies contaminadas.

En la Biblia, la sarna es mencionada como una de las enfermedades que podría afligir a quienes no obedecieran las leyes de Dios (Deuteronomio 28:27). En tiempos antiguos, la sarna se veía como una señal de impureza o castigo y era causa de marginación debido a su naturaleza contagiosa y visible.

Referencia Bíblica: Deuteronomio 28:27 “Jehová te herirá con la sarna de Egipto, con tumores, con costra y con comezón, de que no puedas ser curado.”

8. Fiebre

La fiebre es una respuesta del cuerpo a infecciones, inflamaciones u otras condiciones. Se caracteriza por un aumento en la temperatura corporal, generalmente por encima de los 38 °C, debido a la liberación de sustancias químicas en el cuerpo que estimulan el sistema inmunológico para combatir microorganismos o procesos anormales. Es un síntoma común en infecciones virales o bacterianas, enfermedades inflamatorias o reacciones a medicamentos.

La fiebre en sí no es una enfermedad, sino un mecanismo de defensa que ayuda a inhibir el crecimiento de patógenos, aunque, si se prolonga o es muy alta, puede ser peligrosa y requerir atención médica.

La fiebre en la Biblia es mencionada como un síntoma de enfermedad grave y debilitante, que se consideraba, en muchos casos, un castigo o una prueba. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, se describe como una de las maldiciones que Dios traería sobre quienes desobedecieran sus mandamientos (Deuteronomio 28:22).

En el Nuevo Testamento, la fiebre aparece en varias historias de sanación. Un ejemplo notable es cuando Jesús cura a la suegra de Pedro, quien estaba postrada con una fiebre intensa (Mateo 8:14-15; Marcos 1:30-31; Lucas 4:38-39). Su sanación es inmediata y muestra tanto el poder de Jesús sobre la enfermedad como su compasión. En este contexto, la fiebre simboliza el sufrimiento humano y la restauración física que acompaña a la fe.

Referencia Bíblica: Mateo 8:14-15 “…vio a la suegra de Pedro postrada en cama, con fiebre. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.”

9. Hemorragia

La hemorragia es la pérdida de sangre fuera de los vasos sanguíneos, ya sea interna o externa, que puede ocurrir debido a heridas, enfermedades o condiciones médicas como úlceras o trastornos de la coagulación. En términos médicos, una hemorragia prolongada o abundante es peligrosa, ya que puede causar anemia, deshidratación e incluso la muerte si no se trata.

En la Biblia, la hemorragia se menciona en la historia de la mujer con «flujo de sangre» en los evangelios (Marcos 5:25-34 y Lucas 8:43-48). Esta mujer había sufrido de una hemorragia constante durante doce años, lo cual la hacía «impura» según las leyes judías de la época, por lo que estaba marginada y excluida de la vida comunitaria y religiosa. Al tocar el manto de Jesús, fue sanada, lo que simboliza no solo su restauración física, sino también su regreso a la vida social y espiritual. Esta historia refleja la compasión de Jesús y su poder de sanación, además de resaltar la fe y la perseverancia de la mujer.

Referencia Bíblica: Marcos 5:25-34 “…una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor…” (Marcos 5:25-26)

10. Epilepsia

La epilepsia es un trastorno neurológico caracterizado por la aparición de convulsiones recurrentes debido a una actividad eléctrica anormal en el cerebro. Estas convulsiones pueden variar desde episodios breves y casi imperceptibles hasta episodios largos y vigorosos de convulsiones. La epilepsia puede tener muchas causas diferentes, incluyendo lesiones cerebrales, infecciones, enfermedades genéticas y más.

En la Biblia, aunque no se menciona la epilepsia por su nombre moderno, hay descripciones de síntomas que se asemejan a los de esta enfermedad, generalmente asociados con posesiones demoníacas. Uno de los pasajes más conocidos que describe síntomas similares a los de la epilepsia se encuentra en el Evangelio de Mateo:

Referencia Bíblica: Mateo 17:14-18 “Y cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de Él, diciendo: Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua.” (Mateo 17:14-15)

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